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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Los hórreos y su ancestral simbolismo

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'Un estrecho valle de blando suelo, verde y húmedo; colinas redondas, apretadas unas contra otras, que lo cierran a los cuatro vientos; aquí y allá, caseríos con los muros de color sangre de toro y la galería pintada de añil; al lado el hórreo, menudo templo, tosco, arcaico, de una religión muy vieja, donde todo lo fuera el Dios que asegura las cosechas...'. [José Ortega y Gasset] I mpresionante, cuando no inspirada, la descripción que del hórreo hace Ortega y Gasset. Y no obstante un rey, no llamado el Sabio por casualidad, ya reparó en ellos, haciéndoles asentida justicia cuando el copista de la época los tomó como modelo para ilustrar uno de los milagros de Nuestra Señora. Precisamente aquél en el que llenó de grano los vacíos graneros de un monasterio de Jerusalén. Se corresponde con la Cantiga número 187, y cualquiera puede comprobarlo, por ejemplo, observando dicha reproducción en una edición de 1974, realizada por Editorial Patrimonio Nacional (1). Ignoro si será una ed

Los graffiti de peregrino de la iglesia de Sotillo

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[Fotografía nº1] R esulta una cuestión prácticamente inviable, aquélla de determinar la época en la que fueron realizadas; y por supuesto, un simple vistazo, puede llevar a la conclusión de que su intención se aleja, en principio, del criterio mantenido por algunos autores, a la hora de clasificarlas e intentar explicarlas desde el básico desentendimiento de una simple cuestión religiosa o, en su defecto, de fe. Son los denominados graffiti de peregrino (fotografía 1). S i tuviera que hacer una valoración del fenómeno, diría, aún a pesar de caer en el peligroso terreno del absurdo, cuando no en el más espantoso de los ridículos, que dichos graffitis conforman un universo paralelo al de los canteros y sus marcas, en el que sirve, como denominador común, evidentemente, el factor anónimo. U no de los ejemplos más notables, que puede servir de testimonio gráfico a esta idea, me lo encontré el pasado mes de agosto en la iglesia de la Natividad de la Virgen, situada en el pueblecito segovi

Patas de Oca de Piérnigas

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D urante el pasado mes de agosto, tuve la oportunidad de recorrer algunas interesantes zonas de la provincia de Burgos. Zonas, como la Bureba y los Montes de Oca, entre otras, de gran interés histórico, artístico y cultural, que aún, en mayor o en menor medida, conservan un rico testimonio patrimonial, incluídos, todo hay que decirlo, algunos lugares en los que la avidez y la rapiña humanas, han arramplado con templos prácticamente enteros, dejando sólo tristes muñones como testimonio de su existencia. Ejemplos significativos de lo que digo, podrían ser, casualidad de casualidades, dos magníficos templos de los siglos XII ó XIII, consagrados a la figura del arcángel San Miguel. Dichos templos, se localizan -aplico el presente, por respeto a lo que queda- en Tubilla del Agua y en Sasamón. P oco importa, y además, no es el tema que quiero exponer en la presente entrada, si los elementos relevantes de estos templos han terminado allende el charco , como buenamente determina la expresión

Barahona de Fresno o el ergo suum de los canteros medievales

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S e podría decir que una de las cuestiones que caracterizaba a los canteros medievales, era el hermetismo casi sagrado de que hacían gala frente a todo aquello que tuviera que ver con su identidad, así como con el gremio o la hermandad compañeril a la que pertenecían. Resulta evidente, por tanto, que dicho hermetismo contribuyera, en gran medida, a fomentar todo un universo de leyendas en cuanto a su propia existencia, y desde luego, a las actividades que se desarrollaban en el interior de sus reuniones privadas o logias. T ambién es verdad, que la gran mayoría de los templos medievales -y dentro de esta categoría, incluyo a los pertenecientes tanto a la Baja como a la Alta Edad Media, románicos como góticos- adolecían, generalmente, de ese ergo suum latino o yo soy , cuyo nombre acompañaba el tradicional me fecit o me hizo , que se localiza en algunos templos; en realidad, en demasiados pocos, si tenemos en cuenta la enorme cantidad de templos, de todos los tamaños y estilos,