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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Los Lenguajes del Silencio. Petróglifos de Pontevedra: Mogor

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H ay algo arcano, misterioso y terriblemente impenetrable en éstas tempranas manifestaciones socio-culturales, que en el fondo constituyen ese universo, primitivo, cuando no oscuramente primigenio, que son los petroglifos. No se trata, en absoluto, de manifestaciones esporádicas, ni tampoco puede ninguna de nuestras provincias, arrogarse el privilegio de ser la cuna de un modo de expresión que todavía, milenios después de la extinción de sus anónimos autores, continúa oculto detrás de esa hermética protohistoria, a la que los arqueólogos parecen tener vértigo y a la que los teósofos, de una manera netamente romántica, se referían como el hipotético e impenetrable Velo de Isis .   G alicia, no obstante y a pesar de éstas consideraciones, puede que sea, en cuanto a la materia a la que nos estamos refiriendo, si no la mayor, desde luego que sí una de las provincias más prolíficas en tales referencias. Y si bien el ámbito de existencia de ésta críptica simbología se extiende sin ex

Montserrat: una Magister Muri llamada Gaia

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'No es el martillo el que deja perfectos los guijarros, sino el agua con su danza y su canción'. [Rabindranath Tagore]   A lguien, muy acertadamente, rescató para el visitante esta frase del genial poeta hindú, Rabindranath Tagore, para describir y recordarle, allá, en los mágicos laberintos naturales del Monasterio de Piedra, que cuevas, cascadas y jardines conforman un perfecto ejemplo de lo que en lejanos países orientales, como Japón, denominan suiseki o arte de las piedras. En definitiva: arte creado por la Naturaleza. Un arte que, si bien ellos importaron de China hacia el siglo V, lleva desarrollándose sobre la faz del planeta desde que el mundo es mundo, pareciendo tener una fuerza y una magnitud sobresalientes, en lugares muy determinados, los cuales siempre han destacada por sus especiales características, actuando sobre la imaginación del hombre, como imanes difíciles de eludir. Uno de tales lugares, fuera de toda duda, es la montaña -y añado el calificati