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Mostrando entradas de enero, 2016

El Sello de Salomón de la catedral de León

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P osiblemente la historia y relevancia de una ciudad como León hubiera cambiado, si en el año 1168, el rey Fernando II no hubiera decretado un desvío en la Ruta Jacobea original, obligando a los peregrinos a pasar por uno de los cenobios más significativos e importantes del románico peninsular: San Isidoro. El cenobio de San Isidoro de León –cuyo hospital fue denominado, en los siglos XIV y XV, como de San Froilán (curioso fundador de monasterios, cuya tradición hace acompañar, como portador del Conocimiento, al lobo que se comió a su asno )-, siendo atendido por canónigos y canónigas regulares de San Agustín, todavía conserva, prácticamente intacto, el denominado Panteón de los Reyes , la brillantez de cuyas pinturas, hacen que se considere, con todo merecimiento, como la Capilla Sixtina del románico español. Pero antes de acceder a San Isidoro, con su inconmensurable riqueza arquetípica –al menos la que resta, donde impresiona y atrae a la especulación, entre otros detalles, o