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Marcas de cantería en el castillo de Maceda

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S ituado también en la provincia de Orense, a no mucha distancia de Castro Caldelas, y desde luego, en las proximidades de esa fascinante Rovoyra Sacrata , el castillo de Maceda nos ofrece así mismo, cincelados con precisión en la dureza de sus sillares exteriores, algunas marcas de cantero que, aunque en número considerablemente inferior a las del Castelo de Castro Caldelas, no dejan de ser relevantes, e incluso, en base a la forma de alguna de ellas, sugerir la posibilidad de interesantes especulaciones. No obstante, antes de introducirnos, siquiera sea de modo superficial pero espero que ilustrativo en los pormenores de su historia, quizás no estuviese de más añadir que, en el fondo, este castillo –que ronda, en realidad, la categoría de palacio residencial- constituye otro de los numerosos puntos destacables de una ruta muy especial, en la que el viajero curioso, partiendo de Allariz , encontrará suficientes atractivos y misterios, hasta llegar a la población de Maceda y su c

Cuando el Arte nos recuerda la genialidad de los maestros canteros

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A quél que fuera no sólo su prior, sino también un gran erudito y como tal, sospechoso de herejía para la retrógrada Inquisición, el padre José de Sigüenza, asociaba el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, no precisamente con esa maravilla de la Antigüedad definitivamente perdida, que fuera el famoso Templo de Salomón –en cuyas ruinosas caballerizas, sostiene la tradición que los primeros caballeros templarios emprendieron misteriosas excavaciones en busca de unos objetos, el Santo Grial y el Arca de la Alianza, por los que el más católico de los reyes, Felipe II, hubiera dado hasta la última gota de su sangre-, sino con aquél otro objeto, no menos misterioso y también de proporciones perfectas, puesto que, como las Tablas de la Ley, las medidas fueron proporcionadas igualmente por Dios, el cual, descrito con todo detalle en el Génesis, ha pasado a la posteridad con el nombre de Arca de Noé. La idea se basaba, naturalmente, también en un sentido de preservación: el de un arte,

Marcas de cantería en San Isidoro de León

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'¡Qué desesperación sería un mundo sin anomalías!'. [C.G. Jung] T al y como se sugería en la entrada anterior, dedicada a las marcas de cantería que se localizan principalmente en el ábside del venerable y semi-arruinado monasterio asturiano de San Salvador de Cornellana, también en éste singular cenobio leonés, cuyo Panteón Real constituye, con todo merecimiento y gloria, el calificativo de pequeña Capilla Sixtina del románico español , las numerosas marcas de cantería contenidas, tanto en los sillares exteriores -donde prevalece la ballesta- como en los sillares del interior de la iglesia, invitan, desde luego, a la especulación. Así mismo, como en el caso de Cornellana -cuando no, además de algunos otros lugares significativos, dentro o fuera de los denominados Caminos de Santiago-, también aquí se detecta la presencia de cierta marca que, aparentemente en solitario, sugiere, no obstante, un pequeño enigma. Resulta evidente, que algunas de las marcas más abundantes

El Sello de Salomón de la catedral de León

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P osiblemente la historia y relevancia de una ciudad como León hubiera cambiado, si en el año 1168, el rey Fernando II no hubiera decretado un desvío en la Ruta Jacobea original, obligando a los peregrinos a pasar por uno de los cenobios más significativos e importantes del románico peninsular: San Isidoro. El cenobio de San Isidoro de León –cuyo hospital fue denominado, en los siglos XIV y XV, como de San Froilán (curioso fundador de monasterios, cuya tradición hace acompañar, como portador del Conocimiento, al lobo que se comió a su asno )-, siendo atendido por canónigos y canónigas regulares de San Agustín, todavía conserva, prácticamente intacto, el denominado Panteón de los Reyes , la brillantez de cuyas pinturas, hacen que se considere, con todo merecimiento, como la Capilla Sixtina del románico español. Pero antes de acceder a San Isidoro, con su inconmensurable riqueza arquetípica –al menos la que resta, donde impresiona y atrae a la especulación, entre otros detalles, o

Marcas de cantería en el Monasterio de San Salvador de Cornellana

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N o se trata, exclusivamente, de mostrar solamente las interesantes marcas de cantería que se localizan, principalmente, en el ábside de este peculiar monasterio, el de San Salvador de Cornellana, tan estrechamente ligado a los antiguos caminos de peregrinación del Principado de Asturias –incluidos aquéllos denominados como Ruta de los Salvadores -, sino también, de aprovechar la ocasión para aportar un pequeño grano de arena y a la vez elevar la voz, siquiera en tono de súplica, para que los organismos oficiales pertinentes remitan los medios adecuados y no permitan que este importantísimo conjunto histórico-monumental termine desapareciendo, corriendo la misma y triste suerte que la inmensa mayoría de monasterios –cerca de cien, según algunas fuentes-, que se calcula hubo antiguamente en ésta cuna de la Reconquista , que es ese paraíso natural llamado Asturias. S i bien es cierto, que en la actualidad, la Constructora San José está realizando trabajos de rehabilitación –entr

Nuevos estilos, viejos mitos: la iglesia de San Pablo y el Colegio de San Gregorio de Valladolid

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‘El trabajo en el mito, es como excavar en una roca e ir sacando y sacando, siempre más y más…’ (Erwin Rohde) S e podría pensar, siguiendo en parte el razonamiento de Rohde, que de los primigenios orígenes románicos de una ciudad, sin duda cosmopolita, como es Valladolid, apenas quede sino un melancólico recuerdo, que obligue a suponer al visitante caprichoso que cualquier tiempo pasado fue mejor. Y nada más lejos de la realidad, si admitimos, razonadamente también, que de la vieja crisálida románica sobrevive, cuando menos, la mariposa original del mito. Tal cuestión, ya la debatía Cristóbal de Villalón, cuando en 1539, publicaba su obra Ingeniosa comparación entre lo antiguo y lo presente , poniendo en boca del personaje defensor de lo nuevo, unas certeras palabras, que vienen como anillo al dedo al tema a debatir en la presente entrada: Pues en la Architectura no han faltado varones en estos tiempos que se ayan señalado en edificios. ¿Qué Memphis o qué Pirámides se pueden co

Marcas y graffitis en la catedral de Oviedo

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‘Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al siervo pero olvida al Señor…’ D ejándolo aparte, pero no sin previamente reconocer la importante deuda histórica que la peregrinación a Santiago tiene con Oviedo y su monumental catedral, dedicada a la figura del Salvador –relegadas ambas a un segundo plano, por un calculado interés político, económico y social avalado por el afianzamiento de las fronteras, cuyas consecuencias más inmediatas, fueron la variación del destino y de las rutas originales, aquellas, que para evitar el peligro del moro , pasaban por los lugares más escabrosos, geográficamente hablando, de Álava y de Asturias-, no deja de ser un hecho cierto, también, que una parte considerable de esos paradigmas que han acompañado siempre a la aventura humana, dejaron buenas influencias, sin duda, en un lugar tan legendario y espectacular. Es cierto, así mismo, que como todo o casi todo vestigio de nuestro rico, riquísimo pasado, la catedral de San Salvador se ha visto