Los Lenguajes del Silencio. Petróglifos de Pontevedra: Mogor


Hay algo arcano, misterioso y terriblemente impenetrable en éstas tempranas manifestaciones socio-culturales, que en el fondo constituyen ese universo, primitivo, cuando no oscuramente primigenio, que son los petroglifos. No se trata, en absoluto, de manifestaciones esporádicas, ni tampoco puede ninguna de nuestras provincias, arrogarse el privilegio de ser la cuna de un modo de expresión que todavía, milenios después de la extinción de sus anónimos autores, continúa oculto detrás de esa hermética protohistoria, a la que los arqueólogos parecen tener vértigo y a la que los teósofos, de una manera netamente romántica, se referían como el hipotético e impenetrable Velo de Isis.
 
Galicia, no obstante y a pesar de éstas consideraciones, puede que sea, en cuanto a la materia a la que nos estamos refiriendo, si no la mayor, desde luego que sí una de las provincias más prolíficas en tales referencias. Y si bien el ámbito de existencia de ésta críptica simbología se extiende sin excepción a los límites de sus cuatro provincias, parece ser que, a juzgar por la cantidad de que hace gala, Pontevedra es la provincia donde más petroglifos parecen haberse localizado, lo cual no significa, necesariamente, que estén todos convenientemente clasificados, y lo que sería aún mucho más provechoso y aconsejable, debidamente señalizados.
 
Posiblemente, uno de los lugares de culto -se podría considerar, que fueron de los primeros en descubrirse y posiblemente por ello, los que recibieron más propaganda y popularidad, hasta el punto de que se sospechan ciertas injerencias modernas, que alteran por completo el mensaje original-, sea este de Mogor, enclave situado en plena Península del Morrazo, y al que se accede fácilmente desde la hermosa y carismática villa marinera de Marín. Cercanos a una hermosa playa, en la que todavía, y a pesar de las exigencias del turismo, conserva una parte interesante de ese bosque ancestral que servía de frontera con el mar tenebroso, los motivos que sobresalen en sus descarnados peñascos, nos muestran menos proliferación del animismo animal -ciervos y serpientes principalmente, se disputaban, respectivamente, según la opinión de algunos expertos, el protagonismo en santuarios rupestres y castros-, presente, sobre todo, en los enclaves cultuales situados más al interior, como Touron, Amoedo o Campo Lameiro, y una mayor presencia subjetiva de elementos geométricos -círculos, espirales y laberintos, en su mayor parte-, que deberían llamarnos la atención, no sólo con la familiaridad que presentan con culturas mediterráneas, como la cretense, y cuya memoria se continuó conservando milenios después por peregrinos y canteros -no olvidemos catedrales, como la de Chartres-, que de alguna manera, conservaron la memoria de una simbología presente en caminos estelares, que ya existían antes de que en Libredón se produjera la supuesta aparición de la tumba del Apóstol y el Camino de Santiago pasase a convertirse en otra de las grandes rutas de peregrinación, capaz de hacer sombra a las de Roma y Jerusalén.
 
Pero aún, hay algo más; algo que, si bien puede parecer una elucubración más a cuantas sugerencias, hipótesis o comentarios se han dicho sobre el tema, yo no lo descartaría sin más. Y es que, si observamos en un plano, la distribución de auténticos templos megalíticos, como el de Stonehenge o el de Woodhenge, en Gran Bretaña (1), observaremos, no sin cierta sorpresa, que su planta, nos recuerda, con una más o menos acertada regularidad, algunos de estos diseños circulares, incluidas las pequeñas cazoletas insertas en su interior, que bien podrían coincidir con la colocación de los basamentos interiores de tan sugestivo lugar.

 
(1) Un buen ejemplo de ello, se puede encontrar en el libro 'Stonehenge', de Fernand Niel, Editorial Plaza & Janés, colección Realismo Fantástico, primera edición, Barcelona, marzo de 1981.

Comentarios

  1. Hola! Una gran entrada y que bien escribes, describes de una forma profunda y sencilla lo que es todo un misterio. El título suena a poesía "Los lenguajes del silencio", me recuerda el nombre de una canción "los sonidos del silencio" en la que todos oyen y nadie escucha, aquí, en el mundo de los petroglifos todo el mundo mira y ve lo que quiere ver, tienen esa magia de lo desconocido. No sé si su posición corresponde a los encontrados en Gran Bretaña, lo que sí sé es que su situación nunca es al azar, siempre obedece a algo, algo que ya nos gustaría saber.
    El vídeo y la playa de Marín, te he contado que allí pasé todo un verano? Buenos recuerdos de infancia.
    Gracias y un besote!

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  2. Hola, bruja. Me alegro que te guste la entrada. Como dije en la entrada anterior, el título de 'los lenguajes del silencio' no es mío, sino el título de un excelente libro escrito por una catedrática de la Universidad de Santiago de Compostela, Mar Llinares García. Y bien que siento que se me haya ocurrido a mí, pero ya sabes, al César lo que es del César. Pero tienes mucha razón, se aplica perfectamente a este peliagudo tema, porque, como bien dices, todos los miramos, pero pocos escuchamos y a lo máximo que podemos aspirar, es a intentar sugerir 'algo' lo más razonadamente posible, lo cual, por otra parte, no creas que es fácil. Marín es muy bonito, y de su costa se podría hablar largo y tendido. Imagino que disfrutaste mucho cuando estuviste por allí de vacaciones. Por entonces, seguramente no existiría el centro de interpretación, que ha costado más de doscientos mil euros y ahí está, sin estrenar y cerrado a cal y canto. O lo que es lo mismo: una inversión digna de los ladrillazos que se han mamao un dineral. Por fortuna, y lo digo para posibles visitantes, el lugar está convenientemente señalizado y simplemente por la belleza del entorno, bien merece una escapada y una prolongada visita. Gracias a ti por volar por aquí y un fuerte abrazo.

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  3. Hola Juancar: No se mucho de los petroglifos, pero no puedo remediar que la mente se me vaya al misterio de los tiempos.
    Dicen que la espiral es un simbolo ancestral y alquimico, pero, hasta cuanto hay que remontarse.
    Sabes eso que hacemos algunas veces, cuando hablamos por telefono con alguien y nos dedicamos a pintar "inconscientemente" dibujos en la primera hoja que pillamos. Esos dibujos en muchos casos son espirales, figuras geometricas que repasamos una y otra vez o que pintamos por dentro.
    Pensando en que la mente trabaja diferente en algunas circuntancias, cosas como que el cerebro no utiliza los mismos patrones para imaginar
    que para visualizar, y un monton de estudios mas. Me pregunto si no tendremos escondido en nuestro haber, algun recuerdo ancestral que nos hace pintar lo mismo.
    Algun día te contare, que durante mas de un minuto estube mirando traspuesta una espiral, que luego no existia.

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  4. Hola, Minerva: en realidad, no creo que nadie, ni siquiera los especialistas, terminen de entender, en realidad, cuáles eran los mensajes, fundamento y función de estas antiquisimas expresiones, y mucho menos (y aquí pongo el ejemplo que me citas de la espiral), mojarse a la hora de situar un origen común del que procedían la mayoría de estos vehículos de pensamiento, cuya presencia se constata prácticamente en todos los continentes. Como ves, el misterio es más amplio de lo que se cree. La herencia genética, basada posiblemente en la 'experiencia vital de una raza', podría estar detrás esos 'recuerdos' o fragmentos de 'información' que de una manera subjetiva a veces nos presenta el subconsciente (acuérdate del 'subconsciente colectivo' del que hablaba C.G. Jung), cuya clave de interpretación hemos ido olvidando, sustituyéndolos por otros nuevos que nos son más afines puesto que vivimos con ellos nuestro día a día. Imagínate, dentro de 30, 40, 50 o cien mil años, las civilizaciones que nos precedan qué pensarán de nuestros rastros, de nuestros símbolos. Si para nuestros ancestros, la espiral era un símbolo fundamental, cuya repetitividad nos sorprende, ¿ocurrirá lo mismo en el futuro, pongamos por ejemplo, con la @?. Tampoco me convence la facilidad con que los expertos califican de 'ídolos' muchas representaciones rupestres. Pero en fin, como ves, el tema es demasiado amplio, aunque eso sí, se presta a mil y una sugerencias e interpretaciones. Un abrazo

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