Por sus huellas los conoceréis: la enigmática pentalfa

[Ermita de San Bartolomé, Soria]

Una frase teóricamente grandilocuente, si tenemos en cuenta el carácter reservado, generalmente anónimo, de un gremio del que posteriormente surgirían numerosas sociedades secretas, cuya consigna principal radicaba en el más hermético de los silencios, relativos a su arte y a sus actividades: las hermandades compañeriles.

[Ermita de San Bartolomé, Soria]

Esta actitud de anonimato y secretismo ha generado que, a lo largo de los siglos, todo lo referido a ellas se vea envuelto en un halo extraordinario de leyenda -generalmente magnificado- que implica que un intento de acercamiento a su conocimiento se realice a través de lo que se podría considerar, hipotéticamente hablando, como el lenguaje de los sueños, siendo su figura clave, evidentemente, el símbolo.

[Anverso de una lauda sepulcral templaria]

Es, mediante la representación sensorialmente perceptible de una realidad -utilizando los parámetros establecidos por la Real Academia de la Lengua- como estas hermandades han dejado huella de su existencia, sirviendo, además, de referencia para aquellos que, con posterioridad, estuvieron en condiciones de percibir e interpretar sus señales, basadas en la preservación y prevención de un supuesto Conocimiento arcano, cuando no universal, reservado sólo para los elegidos, dada la dimensión de su naturaleza.

[Monasterio de Veruela]

Uno de los símbolos que define, cuando no representa parte de este Conocimiento ancestral, es la estrella de cinco puntas o pentalfa. Conocida desde tiempo inmemorial, no sólo representaba la marca personal del cantero o del gremio de cantería en cuestión, sino que además se utilizaba como marca o señal de reconocimiento entre los miembros de diversas sociedades. Posiblemente, el ejemplo más significativo sea el de los pitagóricos. A este respecto, no deja de ser oportunamente interesante, la aseveración de Juan García Atienza (1) quien, refiriéndose al tema que nos ocupa, añade:
...el pentáculo, la estrella salomónica de cinco puntas, el signo especialmente utilizado por los constructores medievales que heredarán los masones desde sus albores oficiales en los inicios del siglo XVIII.

[Iglesia de Santa Cecilia, Vallespinoso de Aguilar, Palencia]
Pero mucho antes de que la sociedad helena viviera su auténtico apogeo histórico y cultural, antes incluso de que aparecieran estos gremios canteros y estas sociedades secretas a las que hacemos referencia, resulta oportuno resaltar que la pentalfa era conocida por las civilizaciones más brillantes del mundo antiguo, como la egipcia y la babilónica, dejando constancia de tal conocimiento a través de los numerosos restos que han sobrevivido hasta nuestros días.

[Frómista, Palencia. Capitel]

Visible o no, es un hecho cierto que está presente en la gran mayoría de manifestaciones artisticas, jugando un papel relevante dentro de la denominada geometría sagrada. Y también, si observamos su evolución a la largo de la Historia, veremos que forma parte de otro tipo de manifestaciones y asociaciones.
Porque detrás de la figura de la pentalfa existe, así mismo, una auténtica mitología de índole o carácter ocultista, basada, en parte, en una pseudociencia que tuvo un auge inusitado en ciertos ambientes herméticos medievales: la de los talismanes. Basados, probablemente, en los precedentes mágicos de culturas pretéritas -cuando no, en las propias experiencias mágicas del mítico rey Salomón -este ambivalente símbolo se convierte en elemento imprescindible de una variada gama de amuletos y talismanes encaminados a atraer toda clase de venturas que a lo largo de los siglos han atraído irremisiblemente la atención del ser humano: amor, fortuna, salud, poder...


Yendo aún más lejos, y continuando con ésta asociación de índole oculta y mágica, la pentalfa también se ha visto envuelta en todo tipo de operaciones goéticas -tanto en rituales de magia blanca como en rituales de magia negra- como demuestra su presencia en antiguos grimorios, representada, por regla general, en el interior de círculos mágicos -otro modo de operar con la geometría- diseñados para la invocación de diferentes entidades supranaturales.
Curiosamente, destaca también su presencia en un sofisticado tablero -en cierto modo, precursor de los modernos sistemas criptográficos- diseñado por un conocido mago y astrólogo de época isabelina: el doctor John Dee.
Básicamente, dicho tablero se puede definir como una especie de traductor del lenguaje de los ángeles, el lenguaje enoquiano -el mismo que hablaban Adán y Eva antes de la Caída- que este polifacético personaje había aprendido de manera mediúmnica a través del vehículo físico de un espejo de cristal. Espejo y tablero se encuentran actualmente en el Museo Británico de Londres.
Quizás su propia trascendencia haya hecho que éste símbolo fuera adoptado, no obstante también, para señalar personas y condiciones, como parece demostrar el curioso capitel de la iglesia palentina de San Martín de Frómista (ver foto). Humildemente diré, que mi conocimiento de dicho capitel y su probable significado, se debe a las inestimables indicaciones de mi buena amiga Baruk, pues reconozco que yo no me percaté de su existencia, durante nuestra visita a Frómista, acaecida el pasado mes de agosto. Lo que yo, en principio, consideré como una posible marca de cantería grabada con alguna intención indeterminada en la bolsa o el zurrón del personaje del capitel en cuestión, representaba, simbólicamente en la Edad Media, al avaro; y por defecto -siglos más tarde, y en épocas de oscurantismo nazi, se les representaba con el otro símbolo salomónico por excelencia, la estrella de David- a los judíos. Recordemos, como dato a tener en cuenta, que en las proximidades de esta iglesia, existió, en tiempos, una aljama judía, detalle quizás no tan extraño, si tenemos en cuenta la concesión de puebla judía concedida por el rey Alfonso VII. De ahí que, de manera ofensiva, a los habitantes de Frómista se les denominaba los rabudos hasta tiempos relativamente recientes (2).



Por otra parte, su adopción por parte de una de las más célebres órdenes religoso-militares de la Edad Media -la Orden del Temple- queda de manifiesto en una provincia, Soria, y en la enigmática ermita de San Bartolomé, enclavada en lo más profundo de un paraje natural único: el Cañón del Río Lobos. Independientemente de que ya en el nombre del referido Cañón volvemos a encontrarnos con otro símbolo asociado a antiguos ritos célticos y a las hermandades compañeriles medievales -el lobo-, las dos pentalfas formadas por corazones entrelazados que conforman esa línea imaginaria o transepto de unión entre las capillas del Santo Cristo de la Agonía y la Virgen de la Salud, denotan, bien a las claras, la importancia esotérica e iniciática del lugar en cuestión.
Conseguir con una nitidez perfecta dicha pentalfa reflejada a la inversa del modelo original con una cámara fotográfica -como dato, añadiré que el modelo de cámara es una Energy System LCD LTPS 2.5"- tal y como se demuestra en el segundo vídeo, no tiene ningún mérito especial, eso sí, siempre y cuando la operación se realice desde la capilla de la Virgen, al pie de la llamada losa o piedra de la salud, y no a la inversa, pues el efecto, si se intenta conseguir desde la capilla del Santo Cristo de la Agonía, resulta apenas perceptible.
Volvemos a encontrar la pentalfa, en forma de marca de cantería, en la zona absidial de la ermita, no lejos de una marca maestra, como es el famoso báculo de San Bartolomé. E incluso a unos 60 kilómetros de distancia, en Soria capital, en el reverso de una de las tres estelas sepulcrales templarias que aún subsisten en los terrenos de lo que antaño fuera el monasterio de San Polo, en la actualidad, propiedad privada.
La naturaleza también nos ofrece sugerentes elementos basados en este modelo.
(1) Juan García Atienza: 'La meta secreta de los templarios', Ediciones Martínez Roca, S.A., 1979.
(2) Juan García Atienza: 'Segunda Guía de la España Mágica', Ediciones Martínez Roca, S.A., 1982, página 141.

Comentarios

  1. Eres bueno, tío. Cada día lo haces mejor

    Me gusta la amplitud de miras con que abres tu caleidoscopio para intentar abarcar los posibles significados de ese símbolo/marca. Y sobre todo, el tratamiento del capitel palentino.

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  2. Estimado Syr: un halago totalmente inmerecido, aunque mi ego te lo agradece. Procuro ser honesto y no atribuirme méritos que en realidad no me corresponden, de manera que es de justicia que, cuando se utiliza algo que se conoce gracias al buen hacer y la amabilidad de otra persona, lo justo es atribuir el mérito a esa persona. Además, es un ejemplo perfecto, a mi modo de entender, de cómo muchas veces las cosas no son lo que parecen, y además, resulta evidente que detrás de cada símbolo, existe todo un mundo. Un abrazo

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  3. Y es que, Juankar, como muy bien te encargas de diferenciar en tu entrada, junto a la marca de cantería, coexiste el símbolo palentino. En la época de nuestro románico el vicio de la Usura estaba identificado co el colectivo judío, por lo que es muy lógico pensar que dentro de la iniciativa eclesiástica de combatir y primar sobre las restantes religiones, la persecución judía constituyera foco del mensaje junto a la islámica. Y así, en Frómista, junto a los capiteles que denuncian la lujuria del enemigo islámico, tiene cabida el mensaje legitimador de las acciones represoras de la clase dominante.

    Salud y románico

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  4. En efecto, Syr. Eso parece estar claro, ahora bien, salvo por el hecho de tener, digamos, una asociación histórica con el pueblo judío, no tengo claro por qué la utilización nefasta de ese símbolo y no otro. Como tampoco tengo claro, aunque asumo que ya comenzara a manifestarse en la Edad Media, por qué tiene una vertiente también nefasta de asociación con el Diablo y la magia negra. En este último caso, supongo que por "asociacionismo inverso" (recuerda los ritos de invertir los crucifijos); quizás el problema resida, simplemente, en negativizar todo aquello que no se entiende, como creo que es el caso. Un abrazo

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  5. Juan has encontrado alguna conclusion con las marcas de los canteros en san Bartolome rio lobos ,en las marcas de los canteros, asi como la ventana y la puerta que estan condenadas en la ermita, creo que nadie ha sacado alguna conclusion.

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  6. Hola! Me la has vuelto a traer a la memoria en el face, nunca he tenido la suerte de ver la hora bruja en que se refleja la luz de San Bartolomé. Siempre me han gustado los pentagramas, tienen un signíficado de protección ¡Mágica! Y "no sé" porqué no la comenté en su día, pero ¡Muy buena Juankar! Besos

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  7. Hola, bruja. Tienes razón, esos vídeos que muestran el efecto óptico que recoje a la inversa una de las famosas pentalfas de San Bartolomé, ya los he mostrado otras veces en diferentes blogs. La hora bruja, en realidad, puede ser cualquiera; incluso se pueden tomar con un día nublado, que también debo de tener algún vídeo por ahí por el archivo. La pentalfa siempre ha sido considerada un símbolo sagrado, mágico, y la prueba de ello la tienes en su utilización no sólo por los gremios de constructores medievales, y antes que ellos, los grandes constructores de las civilizaciones clásicas, sino también por numerosos artistas del Renacimiento y sobre todo, la más inteligente y perfecta de cuantos seres existen: la Madre Naturaleza. Se te pasaría comentar. Un abrazo

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  8. Estimado/a anónimo/a:no te falta razón, todo lo que se ha escrito (ríos de tinta) y se escribirá en el futuro sobre esta enigmática ermita de San Bartolomé son sólo conjeturas, pero conjeturas que no evidencian, a la postre, cuál fue, en concreto, el gremio cantero que intervino en su construcción; ni cuál, tampoco, el mensaje que dejó, no sólo en las marcas de cantería (que en mi opinión, son señales de aviso y reconocimiento para otros miembros de la hermandad o hermandades afines) sino también en sus capiteles, en la planta en forma de cruz egipcia, en mi opinión, de la propia ermita...La puerta y la ventana a la que te refieres, en efecto, están tapadas. Y no es una pregunta banal, puesto que, si te fijas (no sé si conoces el interior de San Bartolomé) es la zona donde actualmente se encuentra el coro. Una zona construída sobre una abrupta superficie rocosa; superficie que aún se vislumbra en el interior del templo y zona donde la humedad es más intensa. He llegado a pensar, aunque claro, no lo puedo demostrar, que bajo esa roca, bajo ese coro, debe de existir una gruta o incluso la cripta, cuyo descubrimiento seguro que ofrecería cosas de auténtico interés. Pero ya digo, es sólo una impresión. Hay otras curiosidades en esa ermita, de la que apenas se habla. Por ejemplo, ¿qué función tenía la polea, cuyo gancho cuelga exactamente por encima de la denominada piedra de la salud?. El gancho se puede ver todavía en el techo; y la polea también, detrás de la imagen de la mencionada Virgen. En mi opinión, todo lo que tiene que ver con esta ermita, es desconcertante. Pero no hay que olvidar tampoco el entorno, pues creo que el entorno puede ser tan importante o más que el propio templo. Se calcula que debe de hacer alrededor de dos mil cuevas (tal vez el dato sea exagerado,pues obedece a un comentario que me hizo en su día el guarda de la ermita) de las que sólo están catalogadas una ínfima parte. Un entorno que conoció otras civilizaciones prehistóricas, otros ritos y cultos. Un entorno que maravilla, pero también sobrecoge. En fin, me gustaría ser más claro y poder ofrecer una teoría conveniente sobre el lugar, el templo y las marcas; pero honestamente, hoy por hoy, creo que nadie está en posesión de ese 'secreto'. Un saludo

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