Los lenguajes del silencio. Petróglifos de Pontevedra: Touron
Otro importante yacimiento arqueológico, con especial profusión de petroglifos, se localiza en el Concejo de Ponte Caldelas. Concretamente, en el pueblecito de Touron, que además cuenta con una parroquial dedicada a la figura de Santa María, que aunque muy atacada por las numerosas reformas realizadas sobre todo en el periodo comprendido entre los siglos XVII y XVIII, aún conserva algunos rastros de su primigenia cuna románica -como por ejemplo, su portada oeste- y con su presencia señala, además, la cristianización de un entorno que todavía mantenía, previsiblemente, su estatus sagrado anterior. De similares dimensiones y características que el yacimiento arqueológico de Campo Lameiro, los antiguos habitantes del lugar también dejaron consignada su expresividad anímico-espiritual en el eterno vehículo de la roca.
Si bien existe una notable diferencia entre la forma de explotar las posibilidades temáticas de uno y otro yacimiento, no se evidencia apenas variación alguna en cuanto al contenido, aunque podría decirse que precisamente aquí, en el yacimiento de Touron, lo simbólico subjetivo parece ser más determinante -si nos atenemos al factor volumen o repetitividad-, que lo antropomorfo o zoomorfo -independientemente de la presencia de una curiosa figura que parece estar dotada de alas y quizás sí haga referencia a algún tipo de divinidad tribal-, que, no obstante, vuelve a remarcar la importancia de un animal muy determinado: el ciervo.
El factor determinante, es que en este yacimiento se pueden observar a simple ojo, muchos más petroglifos que en Campo Lameiro, aunque también es cierto que la erosión y la proliferación de las diferentes familias de hongos y hiedras hacen que muchos de ellos pasen prácticamente desapercibidos.
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